Un ejercicio interesante
Recomiendo a todo aquel que esté interesado en el ejercicio del cine que haga un recorrido por los canales que pueblan Vimeo donde se pueden encontrar vídeo-ensayos fílmicos, análisis sobre la obra de un director, montajes recopilatorios, análisis de escenas, curiosidades, etc.
Ese el caso del canal de Vashi Nedomansky, un montador y experto en edición cinematográfica.
El vídeo se corresponde a la célebre escena de Heat (1995) de Michael Mann (una de sus mejores películas junto con El Dilema) donde los personajes interpretados por Al Pacino y Robert De Niro se encuentran por primera vez. Obviamente está en versión original inglés pero es muy interesante seguir el desarrollo de la escena con el texto del guión al lado, lo que permite comprobar las variaciones en los diálogos, la interpretación según las indicaciones o la aproximación visual que realiza Mann de la escena.
El original y su remake, cara a cara
Este tipo de montajes siempre son muy interesantes, en este caso un usuario de Vimeo ha seleccionado varios planos icónicos de películas originales y los compara con los de su remake. Un ejercicio que nos permite observar cómo y cuánto difieren las tomas originales frente al remake.
Vía: Nofilmschool
El reto de las lentes más extrañas del mundo
El canal de youtube de Mathieu Stern se ha propuesto buscar las lentes más extrañas y extravagantes. Estos experimentos van desde una cámara de plástico de los años 50, pasando por un objetivo de 180º o una lente con más de 100 años. El resultado de todas estas pruebas es curioso y estimulante de cara a utilizarlas para obtener efectos visuales fascinantes y naturales en cualquier producción.
Akira Kurosawa y la composición en movimiento (vídeo en inglés)
Navegando por Internet y gracias al brillante portal No Film School, una web referencia para todo aquel que esté interesado en el audiovisual, me topé con un excelente vídeo análisis sobre Kurosawa y su capacidad para componer la escena a través del encuadre, del movimiento de la cámara o de los actores dentro del plano. Con todo esos elementos es capaz de ofrecer la información necesaria al espectador sobre cada personaje y situación.
The Grand Overlook Hotel
Un brillante vídeo mashup ha juntado El resplandor de Stanley Kubrick con El Gran Hotel Budapest de Wes Anderson y el resultado no podría ser más sorprendente.
Gracias a la obsesión que tenía Kubrick y la que mantiene Anderson por el encuadre, Steven Ramsden, editor del vídeo, ha logrado construir un coherente tráiler que podría pasar por una nueva adaptación de la obra de Stephen King.
Fuente: Slate
Recomendación cinéfila: Canciones del segundo piso
Hay grandes películas, buenas, malas y pésimas o lamentables, pero Canciones del segundo piso (2000) es otra historia. Algo diferente, tras el primer minuto uno se da cuenta de que está ante algo especial, una nueva manera de narrar cine.
El sueco Roy Andersson (1943) es el veterano director de esta obra singular y, además, reciente ganador del Festival de Venecia por Una paloma sentada en una rama preguntándose por la existencia (2014), que cierra su trilogía, comenzada por Canciones… y seguida por La comedia de la vida (2007), todas engloban su particula lenguaje fílmico.
La filmografía de Roy Andersson no se puede calificar de prolífica, a pesar de tener 71 años solamente cuenta con 5 largometrajes. Tras alcanzar reconocimiento mundial -bautizado como el nuevo Ingmar Bergman– con su ópera prima, Una historia sueca de amor (1970), pasarían 5 años hasta el estreno de su segundo largo, Giliap (1975), un rotundo fracaso de taquilla por lo que Andersson no volvería a dirigir una película -se convirtió en un prestigioso realizador de spots- hasta el 2000, año del filme que nos ocupa y que convirtió a Roy Andersson en uno de los cineastas más creativos del panorama actual.
Podría incluir una sinopsis pero Canciones… prescinde de toda narrativa cinematográfica tradicional, no hay protagonistas ni antagonistas, ni giros de guión o resolución de la trama. Tampoco existe la edición habitual de plano-contraplano, sino que la cámara se sitúa frente a la escena en un plano general estático, y hace que los personajes entren y salgan del cuadro. Cuadros con decorados construidos, la mayoría, desde cero, falseando la profundidad de campo gracias al «trampe l´oeil», un recurso propio de Meliès y de los albores del cine. Cada escena, o mejor dicho, decorado, funciona al mismo nivel que si observásemos viñetas entretejidas unas con otras, lo que significa que el espectador no sabe hacia dónde será guiado a continuación.
Los diálogos son una mezcla de trivialidades sin sentido propias de la vida cotidiana con escuetas afirmaciones existencialistas. Gracias a estos se observan las preocupaciones filosóficas de Andersson y que son comunes al resto de sus trabajos fílmicos: el estado de la humanidad, la indeferencia, la capacidad del hombre para el conflicto, la crueldad y el genocidio o la fragilidad humana.
Y los actores, otro sello del director sueco, emplea casi de manera exclusiva a intérpretes amateurs. Se debe a la consideración que tiene de los actores profesionales, cree que están demasiado pulidos o son excesivamente conscientes de sus gestos y de las frases. Además, apenas hay diferencias entre personajes, todos visten de manera similar y llevan el rostro pintado de blanco, aspectos que se relacionan con los intereses de Andersson: señalar que sus personajes se encuentran al mismo nivel, unidos como humanidad. Hay que sumarle una meticulosa y perfecta puesta en escena, diálogos torpes e interpretaciones hiératicas logrando un efecto de extraña espontaneidad.
Con todos estos elementos juntos, Canciones…, también se convierte en una grandiosa comedia, por eso lo único que puedo hacer desde aquí es impulsaros a ver y disfrutar esta película.
Y para terminar os dejo con un cortometraje del propio Andersson, World of Glory (1991), -considerado como uno de los mejores de la historia- que podría dar lugar a un profundo análisis sobre el papel moral del cineasta. (Activad subtítulos).